Cuando se contempla la obra de Víctor Murillo, se descubre antes al artista que al técnico. Estas fotografías fueron concebidas en su mente antes de que pudiera alcanzar ninguna de sus destrezas. Y antes de dominar las prestaciones de las antiguas y nuevas cámaras fotográficas. Es la poesía atrapada en imágenes. La nostalgia. El romanticismo. La lírica más sublime. Con sumo placer me permito hacer un hueco en mi espacio fotográfico a este fotógrafo borracho de sensibilidad, henchido de percepción de la vida que nos rodea. Un ilusionista del saber mirar y del lograr ver.
jueves, 8 de diciembre de 2011
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