Marrakech es uno de los lugares que el turista disfruta de que siga ahí, como siempre le han dicho que estaba. Sin cambios, genuina, con su miseria a cuestas de ajados burros y motocicletas desvencijadas. No le han defraudado, y regresa a su mundo con la esperanza de que cuando vuelva a los cien años, aún todo siga en su sitio… ¡qué desolación!
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